Crea tu propio NAS con OpenMediaVault (parte 1)
Quizás después de leer el título del artículo de hoy, algunos lectores se hayan preguntado: ¿qué demonios es un NAS? Pues bien, comencemos por ahí. Normalmente, llamamos NAS (del inglés, Network Attached Storage) a un dispositivo de almacenamiento que se conecta a la red para ofrecer su capacidad a otros dispositivos.
Usando un NAS, dispondremos de un almacenamiento compartido por los distintos dispositivos conectados a su misma red (siempre que dispongan de los permisos adecuados, claro). Además , en la actualidad, el software que incorporan los NAS permite ofrecer multitud de servicios complementarios.
Lógicamente, el camino más sencillo para tener un NAS es comprarlo. Existen numerosas marcas, con modelos que ofrecen una gran variedad de prestaciones.
Sin embargo, existe otra posibilidad: reconvertir un ordenador antiguo, instalándole el software adecuado, para obtener la misma funcionalidad. De este modo, le damos otra oportunidad a ordenadores que pensábamos desechar y ahorramos dinero.
Y precisamente aquí es donde entra OpenMediaVault. Se trata de un software, que utiliza como base el sistema operativo Debian, para convertir en un NAS el ordenador en el que lo instalemos.
OpenMediaVault ofrece una interfaz web sencilla desde la que podremos administrar los diferentes volúmenes de almacenamiento que lo formen. También dispone de un amplio conjunto de plugins con los que ampliar su funcionalidad. De este modo, podremos ajustar las capacidades de OpenMediaVault, a nuestras necesidades.
Hoy aprenderemos a instalar OpenMediaVault y en próximos artículos profundizaremos en su uso y configuración.
Antes de instalar
Aunque los requisitos de OpenMediaVault son muy austeros, es importante comprobar que los cumple el equipo donde pensamos instalarlo. en este sentido, en el sitio web de OpenMediaVault encontramos las siguientes recomendaciones para la versión 5.5.11, que es la que instalaremos en este artículo:
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CPU: Cualquiera que sea compatible con las arquitecturas x86-64 o ARM
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RAM: 1 GiB
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HDD para la instalación del sistema: Al menos 4 GB, pero siempre superior a la cantidad de RAM.
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HDD para almacenamiento: Depende de nuestras necesidades.
Es recomendable, sobre todo si es la primera vez que instalas OpenMediaVault, que al principio solo tengas instalado el HDD para la instalación del sistema. Así evitarás errores en la elección del disco.
Una vez completada la instalación, será el momento de añadir el almacenamiento para los datos.
Una vez establecidos los criterios iniciales, el primer paso consistirá en ir hasta la página de descarga (https://sourceforge.net/projects/openmediavault/files/) para obtener la imagen ISO.
Una vez descargado el archivo, deberás usarlo para crear un DVD o un dispositivo USB de instalación.
Para ayudarte con esta tarea, puedes seguir alguno de los artículos que ya publicamos hace un tiempo en SomeBooks.es, como:
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Crear dispositivos USB de arranque desde Windows 10 con Rufus.
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Incluir varias imágenes ISO en la misma memoria USB con MultiSystem.
Aunque uno de nuestros preferidos es balenaEtcher, al que también le dedicamos un par de artículos en su momento: Etcher (Parte 1): Una forma sencilla de crear dispositivos USB de instalación y Etcher (Parte 2): Crear un USB de instalación a partir de una imagen ISO.
Finalmente, antes de comenzar la instalación, debemos acordarnos de comprobar si, en la BIOS, la secuencia de arranque indica que éste se intente primero desde la memoria USB o la unidad óptica que usaremos para instalar.
Si tu ordenador es relativamente moderno, probablemente también tendrás la opción de pulsar una tecla en los primeros instantes del arranque para que te ofrezca un menú con todas las unidades de almacenamiento desde las que puedes arrancar el sistema. En ese caso, no habría que configurar la BIOS, sólo elegir en este menú la unidad donde has grabado la ISO.
En este artículo suponemos que quieres sustituir por completo la instalación de tu antiguo sistema operativo.
Durante el proceso se eliminará cualquier dato existente en el disco por lo que te recomiendo que, antes de comenzar esta tarea, realices una copia de seguridad de cualquier archivo que quieras preservar de tu antigua instalación.
Primeros pasos de la instalación
Si estamos arrancando desde el dispositivo adecuado, al momento veremos que nuestra pantalla adquiere el aspecto de la imagen siguiente…
En ella, pulsamos la tecla Intro sobre la opción Install o, simplemente, esperamos hasta que la instalación comience automáticamente.
A continuación, deberemos elegir el idioma en el que realizaremos la instalación. Nuestra elección será también el valor predeterminado para el sistema instalado.
Después estableceremos la ubicación geográfica, que le permitirá a OpenMediaVault definir la zona horaria y la distribución de teclado predeterminada.
Como antes, usamos las teclas de cursor hasta encontrar el valor correcto y pulsamos la tecla Intro.
El siguiente paso será establecer la distribución de teclado pero, como te decía más arriba, el valor predeterminado se establece según la ubicación geográfica.
Puedes cambiar la selección con las teclas de cursor, pero es muy posible que solo necesites pulsar la tecla Intro.
A partir de aquí, el instalador comenzará a cargar archivos desde el dispositivo de instalación
Cuando termine, el asistente de instalación nos pedirá el nombre del equipo. Este es el nombre con el que se verá nuestro servidor OpenMediaVault en la red. En nuestro caso usaremos, precisamente, openmediavault. Así no habrá lugar a dudas.
A continuación, el instalador nos pedirá el dominio. Como la instalación que estamos realizando es para una red local, podemos escribir una palabra cualquiera, por ejemplo, local. De este modo, el nombre completo de nuestra máquina será openmediavault.local.
El siguiente paso será escribir la contraseña del usuario administrador (root). Esta contraseña no es la que se utiliza para acceder a la interfaz de administración web, pero sí nos permite iniciar sesión local en el equipo con máximos privilegios. Por ese motivo, el asistente de instalación nos informa de su importancia.
Durante su escritura, la contraseña no se muestra, por lo que debemos ser cuidadosos. No obstante, disponemos de una opción justo debajo, para mostrarla si lo consideramos oportuno.
Como puede que no hayamos visto lo que escribíamos, y un error tipográfico podría impedir que iniciáramos el sistema, el asistente de instalación nos pide que volvamos a escribirla.
En la siguiente etapa, deberemos establecer la zona horaria. Las opciones que nos ofrece el asistente, estará en función de la ubicación geográfica que elegimos en el paso 3. Este dato será importante para la información sobre la fecha y la hora en los archivos de seguimiento (logs). También para los metadatos de los archivos almacenados.
Completar la instalación
Con lo anterior, el instalador está listo para comenzar a copiar los archivos del sistema al disco y comenzar la instalación propiamente dicha.
Después deberemos elegir el lugar desde el que el administrador de paquetes obtendrá el software. Lo ideal escoger un servidor próximo a nuestra ubicación.
Como en ocasiones anteriores, usamos las teclas de cursor para hacer nuestra selección y, a continuación, pulsamos la tecla Intro.
A continuación, elegiremos la réplica (mirror) de Debian que usará nuestro equipo. Lo ideal sería elegir una sustentada por nuestro proveedor de Internet, pero si no tenemos este dato, podemos escoger cualquiera de ellas.
Como antes, usamos las teclas de cursor para hacer nuestra selección y, a continuación, pulsamos la tecla Intro.
En la siguiente etapa, indicaremos los datos de nuestro servidor proxy, en el caso de que lo tengamos.
A partir de aquí, se completa la descarga de paquetes y se inicia la configuración del gestor de arranque. Para ello, deberemos indicar el volumen donde debe instalarse. Normalmente será el disco donde hemos instalado el sistema. También tienes la opción de elegir el disco manualmente.
Si has seguido la recomendación del principio, este paso será muy sencillo, porque solo tendrás un disco en el equipo.
En cualquier caso, usamos las teclas de cursor para establecer nuestra selección y pulsamos la tecla Intro.
Después, se realizan los últimos ajustes y se desmonta la unidad desde la que se ha producido la instalación.
Cuando el sistema esté listo, nos informa de que ya podemos reiniciar el equipo y comenzar a disfrutar de nuestro nuevo servidor OpenMediaVault.
Solo tenemos que retirar el soporte de instalación, para evitar que el equipo reinicie desde él, y pulsar la tecla Intro.
El primer arranque
Un momento más tarde, veremos la pantalla de inicio típica de GRUB (el cargador de arranque que hemos configurado un poco más arriba).
Aquí, podemos pulsar la tecla Intro o limitarnos a esperar unos segundos para que se inicie la carga del sistema de forma automática.
Poco después, la pantalla tendrá un aspecto como el de la imagen siguiente. Ahora podemos usar la cuenta root, con la contraseña que incluimos más arriba, para realizar tareas de forma local. Sin embargo, quizás tengas más ganas de probar el aspecto que tiene su interfaz web, accediendo desde un equipo diferente.
Ahora, en un ordenador diferente, abrimos un navegador y, en la URL escribimos algo como esto (cambiando la dirección IP por la que has copiado en el paso anterior).
http://192.168.1.64
Para autenticarte, puedes utilizar los siguientes valores:
- Usuario: admin
- Contraseña: openmediavault
Como habrás imaginado, las precauciones básicas de seguridad nos recomiendan que el primer ajuste, después de iniciar la sesión, sea cambiar esa contraseña… Pero eso lo dejaremos para un nuevo artículo.
Por el momento, espero que lo visto hoy te haya resultado interesante.