Crear una máquina virtual en Proxmox VE
Son ya varios los artículos que hemos dedicado a Proxmox VE en SomeBooks.es, y estoy seguro de que llegarán más, porque cuanto más conozco esta fantástica herramienta de virtualización a nivel empresarial, más me gusta.
De cualquier modo, aún estamos dedicando artículos a las tareas más sencillas. Ya hemos aprendido a instalarlo, a modificar su repositorio predeterminado y a subir imágenes ISO a su almacenamiento.
Hoy vamos a dar un paso más, mostrándote cómo crear la primera máquina virtual.
Lo primero será abrir tu navegador favorito y escribir en la barra de direcciones la url del servidor Proxmox. Para nuestro ejemplo, será la https://192.168.1.4:8006
A continuación, tendrás que autenticarte con las credenciales que creaste durante el proceso de instalación.
Finalmente, te encontrarás en el administrador web de Proxmox.
Crear la máquina virtual
Para iniciar la creación de una nueva máquina virtual, basta con hacer clic sobre el botón Crear VM.
Al hacerlo, la página se atenuará y, en el centro, aparecerá una nueva ventana que nos asistirá en la tarea de crear la nueva máquina.
En su primera etapa estará activa la solapa General, donde podremos escribir un nombre para la máquina que estamos creando. También podemos elegir el nodo en el que la crearemos (como, de momento, nosotros sólo tenemos uno, el cuadro aparece relleno) y un identificador (VM ID), que también muestra un valor inicial, y que podemos cambiar a nuestro gusto por cuestiones organizativas. Por ejemplo, podríamos establecer rangos de valores para las máquinas que compartieran un determinado sistema operativo.
Por último, podemos elegir un conjunto de recursos que estarán disponibles para la máquina virtual. Esto es útil para establecer subconjuntos de recursos asignables a determinadas máquinas. El conjunto a elegir debe estar creado con antelación… Pero este asunto se escapa de los objetivos de este artículo. De momento, lo dejaremos en blanco.
Esto hará que nos desplacemos a la solapa S.O., donde comenzaremos eligiendo dónde se encuentra el dispositivo de instalación. Podremos elegir una imagen ISO, una unidad óptica o dejarlo sin asignar. Nosotros nos inclinamos por la primera opción, por lo que tendremos que elegir su ubicación (local, ya que usaremos uno de los archivos que subimos en el artículo anterior) y, en la lista desplegable Imagen de disco ISO, indicar el archivo concreto que usaremos (para este artículo, la correspondiente a la versión 17.10 de Ubuntu).
En la parte derecha, elegiremos el tipo de sistema operativo y la versión del núcleo.
Así llegamos a la solapa Disco duro, donde estableceremos los parámetros relativos al disco duro virtual de la máquina.
Lo primero será establecer el tipo de Bus/Dispositivo. Aquí elegiremos alguna de las opciones disponibles IDE, SATA, VIRTIO o SCSI, aunque, de momento, nos limitaremos a dejar el valor predeterminado: SCSI.
Debajo indicaremos el almacenamiento local donde se creará el disco virtual (también dejaremos el valor predeterminado: local-lvm) y el tamaño medido en GB.
También podremos elegir algunas opciones complementarias sobre las que no entraremos en detalle aquí (si usaremos caché, si excluimos la máquina de futuras copias de seguridad, etc). Nos limitaremos a dejar los valores predeterminados.
A continuación, en la solapa CPU, podemos elegir el número de Sockets y Núcleos, el tipo de procesado y la posibilidad de habilitar NUMA (non-uniform memory access, un tipo de memoria usado cuando se disponen de varios prodesadores).
De momento, en este artículo, nos conformaremos con el procesador predeterminado y un solo núcleo.
Después de esto, llegamos a la solapa Memoria. Aquí podemos establecer un número fijo de memoria, que será reservada por completo en el servidor, o por el contrario, una configuración dinámica que garantice un valor mínimo (esta última característica, aunque aporta flexibilidad, deberá estar soportada también por el sistema operativo invitado y podrá repercutir en su rendimiento).
Nosotros aquí nos decantaremos por un valor fijo.
Esto nos lleva a la solapa Redes, donde deberemos establecer el modo de conexión de red que usará la máquina virtual. Lo primero será elegir entre tres opciones:
- Modo puente: Simula que la tarjeta de red es independiente del anfitrión, intercambiando los paquetes directamente, saltándose la pila de red del sistema operativo anfitrión. Esto hace que la máquina virtual se comporte como cualquier otro equipo de la red a la que pertenece el anfitrión.
- Modo NAT: Su nombre proviene del inglés Network Address Translation.Permite navegar, descargar archivos, etc usando la IP del anfitrión. Sin embargo los demás equipos de la red no podrán acceder a la máquina virtual.
- Sin dispositivo de red: La máquina virtual no se conectará a la red local.
Si elegimos Modo puente, podremos habilitar VLAN para crear redes aisladas del resto de los equipos de la red.
También podemos elegir el Modelo de adaptador, una Dirección MAC específica (aunque Proxmox puede asignar un valor único de forma automática), un Límite de velocidad (MB/s), Multiqueue, para procesar varios paquetes en paralelo, e incluso deshabilitar el adaptador.
Por último, llegamos a la solapa Confirmación, donde podemos revisar todas las decisiones tomadas en los apartados anteriores. Si observamos algún error, basta con hacer clic sobre el botón Atrás hasta llegar al apartado correspondiente.
Instalar un sistema operativo en la nueva máquina
Cuando hayamos terminado de crear la máquina virtual, la ventana del asistente desaparecerá y la pantalla general volverá a adquirir el aspecto del principio. Sin embargo, ahora veremos que, al desplegar el nodo, ya aparece un elemento que identifica nuestra máquina.
Para arrancarla, basta con hacer clic sobre su entrada…
Al hacerlo, verás que el icono de la máquina muestra un triángulo verde en su esquina inferior derecha. Esto indica que se ha iniciado.
Si ahora elegimos Consola en el panel central, a la derecha comprobaremos que la máquina virtual se está arrancando.
Veremos el logo de Proxmox y un mensaje indicándonos que podemos obtener un menú de arranque pulsando la tecla Esc.
Basta con esperar un instante para comprobar que la máquina virtual arranca con normalidad.
Si te molesta ver la pantalla a un tamaño tan reducido, puedes hacer clic sobre el botón Consola.
Hemos elegido esta opción porque únicamente necesita que tengas instalada la última versión del navegador, ya que está basada en HTML5, y no requiere plugins de Java.
Al hacerlo, obtendremos una ventana independiente donde se muestra la salida del escritorio virtual a tamaño completo.
A continuación, sólo tenemos que seguir los pasos habituales para instalar el sistema operativo. Si necesitas ayuda con esta tarea, puedes recurrir a nuestro artículo Instalar Ubuntu 17.10 (Artful Aardvark) desde cero.
Y hasta aquí el artículo de hoy. Espero que te haya resultado útil.