Capítulo 8: Realización de tareas básicas sobre sistemas operativos libres y propietarios
8.2. Arranque y parada del sistema. Sesiones.
De forma genérica, solemos llamar usuario a cualquier persona que utiliza un ordenador.
Para facilitar la administración del equipo, su administrador debe crear una cuenta de usuario para cada usuario que lo utilice. Al hacerlo, cubriremos varios objetivos diferentes:
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Siempre estará identificada la persona que ha usado el ordenador en cada momento.
De hecho, bastará con consultar los logs del sistema para averiguar qué cuenta de usuario se encontraba activa en un momento concreto. Si cada cuenta es usada por un único usuario, también tendremos identificado al usuario.
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Podremos limitar las acciones que puede llevar a cabo cada cuenta de usuario (usar la impresora, conectarse a Internet, etc.).
Así, conseguiremos que unos usuarios tengan permisos para hacer ciertas tareas y otros no, aumentando el nivel de seguridad de la instalación.
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En los sistemas operativos actuales, cada cuenta de usuario está asociada a un perfil.
Esto significa que cada usuario tendrá su propio fondo de escritorio, favoritos de Internet, una imagen personal para identificar su cuenta, resolución de pantalla, tema de escritorio, documentos personales, su propia colección de imágenes, música, vídeos, etc.
Inicio y cierre de sesión con una cuenta de usuario
Cuando iniciamos un ordenador, lo más frecuente es que se inicie de forma automática la carga del sistema operativo.
Iniciar sesión
Cuando concluye la carga, la mayoría de los sistemas operativos modernos, muestran una pantalla de autenticación. En ella podemos elegir la cuenta de usuario con la que vamos a trabajar y, a continuación, escribir la contraseña correspondiente.
En las últimas versiones de Windows, la pantalla de autenticación está cubierta por la pantalla de bloqueo.
Para retirarla, basta con hacer clic sobre ella o pulsar la tecla de Esc.
Como cabe esperar, cada usuario sólo debe conocer su propia contraseña.
Una vez que la hayamos escrito, podremos comenzar a trabajar con el sistema operativo.
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Pantalla de autenticación en Windows 11.
Después de escribir la contraseña puedes pulsar Intro o hacer clic sobre la flecha de la derecha.
Si tienes más de una cuenta de usuario en el equipo, Windows 11 te ofrecerá la última con la que estuviste trabajando.
Si quieres elegir una cuenta diferente, bastará con hacer clic sobre su nombre en la esquina inferior izquierda de la pantalla.
En el caso de Ubuntu 22.04, en la pantalla de Bienvenida se ofrece una lista con los usuarios que tenemos definidos hasta este momento. Como en Windows, de forma predeterminada estará seleccionado el usuario con el que trabajamos en la sesión anterior.
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Para elegir un usuario diferente, basta con hacer clic sobre él o movernos por la lista con las teclas de cursor y pulsar la tecla Intro cuando nos encontremos sobre la cuenta elegida.
Al hacerlo, la pantalla cambiará para solicitar la contraseña.
Llamamos iniciar sesión al proceso de autenticarnos en un sistema operativo, es decir, elegir una cuenta de usuario y escribir la contraseña.
Cuando hayamos terminado de trabajar, deberemos cerrar sesión o apagar el equipo.
Por lo tanto, llamamos sesión al tiempo en el que la cuenta de usuario se encuentra activa en el sistema.
Si abandonamos un ordenador con la sesión abierta, otra persona podrá suplantarnos y realizar en nuestro nombre cualquier acción sobre el sistema.
En el caso de Ubuntu, cuando inicias sesión, siempre obtienes el Escritorio.
En Windows, también era así en versiones anteriores a Windows 8. Sin embargo, en Windows 8 y 8.1, dependiendo de la configuración activa puede obtenerse la Pantalla Inicio o el Escritorio.
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Si te encuentras en la pantalla Inicio, puedes ir al Escritorio haciendo clic sobre el recuadro que lo representa..
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Para ir desde el Escritorio a la pantalla Inicio, basta con hacer clic en el botón Inicio de la Barra de tareas.
A partir de Windows 10, el comportamiento predeterminado consiste en mostrar el Escritorio cuando se completa el inicio de sesión.
En Windows 10, el contenido de la Pantalla Inicio se mostraba integrado al desplegar el botón Inicio de la barra de tareas.
Sin embargo, en Windows 11, Micorsoft ha optado por un rediseño completo que integra una barra de búsqueda, un botón para obtener la lista completa de aplicaciones, tres filas de iconos con aplicaciones ancladas y una lista de archivos recomendados o que hemos abierto recientemente. Por último, encontramos identificada la cuenta de usuario con la que estamos trabajando y el botón de apagado.
Cerrar sesión y apagar el equipo
Para cerrar sesión en Windows 11, comenzaremos por abrir el Menú Inicio, como en la figura anterior. A continuación, haremos clic sobre la imagen que representa a la cuenta de usuario activa…
Y si lo que pretendemos es apagar el equipo, en el Menú inicio, haremos clic sobre el icono de apagado…
En el caso de Ubuntu, independientemente de que queramos apagar el equipo o reiniciarlo, comenzaremos haciendo clic sobre el menú del sistema en la esquina superior derecha de la pantalla.
Al hacerlo, aparecerá un menú emergente con diferentes opciones.
El resultado será una ventana con una cuenta regresiva de 60 segundos. El sistema se apagará automáticamente cuando la cuenta llegue a cero.
Además, disponemos del botón Apagar, que nos evita la espera, apagando de forma inmediata, y el botón Cancelar, que permite anular el apagado.
Y si lo que pretendemos es cerrar la sesión con la cuenta actual, sólo tenemos que volver a desplegar el menú del sistema …
En ambos sistemas, al cerrar sesión, volvemos a la pantalla de autenticación, desde la que podremos iniciar sesión con un usuario diferente.
Cambiar de usuario
Una de las ventajas que ofrecen los sistemas operativos multiusuario es que podemos trabajar con varios usuarios a la vez (siempre que dispongamos de las contraseñas necesarias)
En Windows 11, la forma más rápida consiste en hacer clic sobre el botón Inicio para desplegar el menú, y hacer clic sobre el icono que representa a la cuenta de usuario.
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Por último, en el menú emergente que aparece, hacemos clic sobre el nombre de la cuenta con la que queremos trabajar.
Lo siguiente que nos pide el sistema es la contraseña de la cuenta de destino.
En el caso de Ubuntu, hacemos clic sobre el menú del sistema y desplegamos las opciones de la cuenta de usuario
Al hacerlo, volvemos a la pantalla de autenticación, desde la que podremos iniciar sesión con un usuario diferente.
Además, debemos tener en cuenta varias aclaraciones:
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En ninguno de los sistemas se cierra la cuenta de origen, por lo que, si dejamos ejecutándose un proceso que no necesita atención por parte del usuario, éste seguirá funcionando con normalidad (por supuesto, también sigue consumiendo recursos del sistema).
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Para volver a la cuenta de origen, habrá que volver a introducir la contraseña.
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Si hemos dejado en la cuenta de origen archivos abiertos y apagamos el ordenador desde la cuenta de destino, en la cuenta de origen podría llegar a perderse los datos no almacenados.
Si vas a cambiar de cuenta y no sabes si necesitarás volver a la cuenta de partida, quizás sea mejor que cierres sesión con la primera.
Alternativas al apagado del equipo
Cuando elegimos la opción de Apagar el ordenador, lo primero que hace el sistema operativo es comprobar si alguna de las aplicaciones que tengamos abiertas están trabajando con archivos cuya última versión no ha sido aún almacenada en disco. Si es así, nos ofrece la oportunidad de guardarlos.
Después, se cierran todos los programas y, a continuación, también se van cerrando, de forma ordenada todos los procesos o servicios que hayan sido activados por el propio sistema operativo. Finalmente, se apaga el ordenador.
Si elegimos Reiniciar, básicamente es igual que si apagamos e inmediatamente después pulsamos el botón de encendido.
Además de estas opciones, que son básicas, los sistemas operativos suelen ofrecer dos opciones más:
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Suspender: Consiste en detener todos los procesos y guardar el estado del sistema en memoria RAM. El ordenador se pone en modo ahorro de energía, pero sigue consumiendo. Todo volverá a la normalidad dando un toque al botón de encendido o pulsando alguna tecla.
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Hibernar: Consiste en enviar el contenido de la memoria al disco (al archivo hiberfil.sys en el caso de Windows, o a la partición swap, cuando utilizas Ubuntu) informa al gestor de arranque para el próximo inicio y apaga el ordenador. Durante la hibernación apenas se consume energía. Para recuperar la sesión pulsaremos el botón de encendido.
Como puedes imaginar, el sistema operativo tarda menos tiempo en volver a su estado normal cuando está suspendido que cuando está hibernado. Sin embargo, el tiempo será siempre inferior que cuando arrancamos el ordenador de la forma habitual.
Ya hemos publicado algunos artículos donde te explicamos cómo habilitar la hibernación en los dos sistemas operativos que estamos usando como referencia:
Actividad 1: Habilitar la hibernación en Ubuntu
Comprueba cómo puedes habilitar la hibernación en tu máquina virtual con Ubuntu.