Programar una tarea que se ejecute de forma repetitiva en Windows 11 (modo básico)
Podríamos definir una tarea programada como una acción que el sistema operativo realizará en alguna de las siguientes circunstancias:
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Cuando llegue un momento particular del futuro.
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Cuando se produzca un determinado evento.
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Con una frecuencia determinada, indicada por el usuario.
Por lo tanto, podemos utilizar las tareas programadas para automatizar ciertas acciones que se repiten a lo largo del tiempo, evitando así molestias y olvidos ocasionales. Por ejemplo, podríamos conseguir que el ordenador se apagara de forma automática, todos los días laborales, sin que tengamos que desplazarnos físicamente hasta donde se encuentra.
En mi puesto de trabajo disponemos de varios ordenadores de uso compartido que suelen estar funcionando, de forma ininterrumpida, durante la jornada laboral. Programando el apagado me desentiendo de la tarea y me aseguro de ahorrar energía, ya que nunca permanecerá encendido de forma indebida.
También podríamos, por ejemplo, conseguir que el antivirus que tengamos instalado realice un análisis completo del sistema, o que se realicen copias de seguridad de los archivos más importantes, aprovechando los momentos de menor carga de trabajo un equipo.
Una de las ventajas del Programador de tareas de Windows 11 es que incorpora una biblioteca de tareas programadas y las mantiene organizadas y accesibles, de modo que resulta fácil administrarlas (deshabilitarlas, modificarlas, eliminarlas o ejecutarlas).
En Windows 11, la frecuencia con la que se repita la acción puede ser:
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Diariamente
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Semanalmente
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Mensualmente
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Sólo una vez
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Al iniciar el equipo (antes de que un usuario inicie sesión)
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Al iniciar la sesión (sólo después de que el usuario actual inicie sesión)
Accede al programador de tareas
Para acceder al programador de tareas, podemos comenzar por hacer clic sobre el botón Inicio en la Barra de tareas y desplazarnos por la lista de aplicaciones hasta la categoría Sistema de Windows.
Comenzamos haciendo clic sobre el botón Inicio en la Barra de tareas.
Esto hará que cambie el contenido de la ventana, para mostrar las aplicaciones ordenadas alfabéticamente. En nuestro caso, nos interesa la opción Herramientas de Windows, por lo que nos desplazamos hacia abajo hasta encontrarla.
Así conseguimos que se abra una ventana que muestra diferentes herramientas del sistema. De nuevo aparecen ordenadas alfabéticamente, por lo que será sencillo localizar la que nos interesa: Programador de tareas.
De esta forma, habremos accedido a la ventana principal del Programador de tareas (será la que vemos en la primera imagen del apartado siguiente.
Crear una tarea programada básica
Con la ventana del Programador de tareas en la pantalla, estamos listos para comenzar a definir la nueva tarea programada.
Esto hace que se inicie el Asistente para crear tareas básicas, que nos irá guiando por los distintos pasos que necesitamos para cumplir nuestro objetivo.
En la primera etapa sólo tenemos que escribir un nombre que describa lo que hará la tarea. Si lo crees necesario, también puedes escribir una descripción que aporte algunos detalles complementarios sobre el objetivo de la tarea.
A continuación, el sistema nos pregunta por la frecuencia con la que debe ejecutarse la tarea. Lo que el asistente conoce como Desencadenador.
Se pueden diferenciar dos tipos de desencadenadores:
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Los que se producen en función del tiempo: El inicio de una tarea (o de varias) se programa a una hora en particular, todos los días o en días concretos de la semana o del mes.
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Los que se producen en función de un evento: Pueden iniciar la tarea siempre que se inicie el sistema, cuando un usuario inicie su sesión, cuando el sistema entre en estado de inactividad o al registrar cualquier otro evento específico.
Para nuestro ejemplo, vamos a elegir la opción Semanalmente.
Lo siguiente será establecer el intervalo. Elegiremos la fecha a partir de la que se iniciará la ejecución automática de la tarea.
La tarea se ejecutará la próxima vez que el día de la semana coincida con el que se haya indicado debajo. En el ejemplo, aunque la tarea se programe para el día 25, que es domingo, no se ejecutará hasta el día 26, que es lunes.
Además, elegiremos el intervalo. Si es 1, la ejecución será semanal; si es 2, se producirá en semanas alternas, etc.
Por último, fijaremos la hora a la que debe iniciarse la ejecución de la tarea. El valor para la hora puede ser local (la hora oficial del país en el que se encuentre el servidor) o universal.
La hora universal hace referencia a UTC (Universal Time Coordinated), la hora estándar que regula el tiempo para todo el planeta.
UTC permanece sincronizado con la hora media del meridiano de Greenwich, que depende de la duración del día solar.
En resumen, nuestro ejemplo se ejecutará a partir del día 13 de octubre, todas las semanas, de lunes a viernes, a las 16:37.
Por supuesto, si elegimos un desencadenador diferente, las opciones que debemos establecer también cambiarán. Sin embargo, son tan fáciles de interpretar como las que hemos visto en este ejemplo.
Una vez establecidos los valores para el desencadenador, haremos clic de nuevo sobre el botón Siguiente.
El siguiente paso será definir la acción, es decir, el trabajo que se llevará a cabo cuando se active el desencadenador.
Una tarea programada puede contener entre 1 y 32 acciones y cada una de ellas deberá tener sus propios parámetros de ejecución, que indicarán cómo debe realizarse.
Cuando creamos una tarea básica, sólo podemos añadir una acción, pero, cuando accedamos a las propiedades de la tarea programada, podremos añadir hasta 31 acciones más (veremos más abajo cómo abrir la ventana de propiedades de una tarea).
Como puedes ver en la imagen, aparecen tres acciones:
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Iniciar un programa
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Enviar un correo electrónico (desusado)
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Mostrar un mensaje (desusado)
Sin embargo, dos de ellas incluyen el texto desusado entre paréntesis. Esto significa que, aunque la opción aparezca aquí, no podremos establecer acciones de estas categorías. Supongo que se mantiene como herencia de versiones más antiguas de Windows.
Lo siguiente será indicar el programa que queremos ejecutar. Podemos utilizar el botón Examinar y buscarlo en el disco duro. Sin embargo, si conocemos la sintaxis, lo más rápido será escribirlo en el cuadro de texto (aunque, si no es un programa del sistema, debemos acordarnos también de incluir su ubicación exacta).
Para nuestro ejemplo, la orden completa que queremos ejecutar es esta:
shutdown /s /t 0
El argumento /s indica que queremos apagar el equipo (también podríamos, por ejemplo, reiniciar) y /t indica un tiempo de retardo, en segundos antes de hacer efectiva la tarea.
Puedes consultar la sintaxis completa del comando shutdown en el siguiente enlace: https://technet.microsoft.com/en-us/library/cc732503.aspx
Sin embargo, tendremos que escribir por separado el nombre del comando y sus argumentos.
En el caso de que la acción ingresada necesite interactuar con los datos de alguna carpeta (por ejemplo, copiar archivos de una ubicación a otra), en el cuadro Iniciar en (opcional) indicaríamos la carpeta predeterminada sobre la que actuará dicha acción.
Después de esto, habremos llegado al final del Asistente para crear tareas básicas, por lo que el sistema nos ofrece un resumen de los valores que hemos introducido en los puntos anteriores. Si observamos algún error, podremos subsanarlo haciendo clic sobre el botón Atrás, hasta llegar al aspecto que necesitemos cambiar.
Si dejamos sin marcar la casilla Abrir el diálogo Propiedades para esta tarea al hacer clic en Finalizar, se cerrará el asistente y volveremos a la ventana principal del Programador de tareas.
Si, por el contrario, marcamos la casilla, al finalizar el asistente, se abre de forma automática la ventana Propiedades de la tarea programada. También podremos volver a esta ventana en cualquier momento desde la ventana principal del Programador de tareas.
De vuelta en la ventana principal del Programador de tareas, observamos que ya aparece la tarea que acabamos de crear.
Cuando programamos una tarea de la forma que hemos aprendido en este artículo, debemos asumir ciertas limitaciones, como que sólo exista un desencadenante para la acción que hemos programado, o que dicha acción se ejecute sólo cuando el usuario haya iniciado sesión en el sistema.
Esto es suficiente en la mayoría de los casos, pero si necesitas tener un control más avanzado de la programación de tareas, deberás esperar al próximo artículo.
Y hasta aquí el artículo de hoy. Espero que te resulte útil.