8.3. El proceso de instalación de Ubuntu

Publicado por P. Ruiz en

Como ya hemos dicho más arriba, el modelo de negocio en el software libre no está basado en la venta de licencias, sino en la prestación de servicios y soporte. Una de las consecuencias de este cambio es que las empresas no necesitan fragmentar el mercado de sus productos para aumentar su negocio. Es decir, si usamos Ubuntu, por ejemplo, la elección básica será entre instalar la versión Desktop y la versión Server. Sin embargo, nada nos impide, más adelante, instalar los componentes que le faltan a cualquiera de ellas para que ofrezca las ventajas de la otra.

Desde la versión 12.04, Ubuntu Server y Ubuntu Desktop disponen del mismo tiempo de soporte (5 años) en sus revisiones LTS.

Por ejemplo, podemos instalar la interfaz gráfica y el resto de las herramientas necesarias sobre Ubuntu Server para que se comporte como un Ubuntu Desktop. Del mismo modo, podemos instalar todos los servicios que necesitemos sobre Ubuntu Desktop para que se comporte como un Ubuntu Server. Incluso podremos deshabilitar o desinstalar la interfaz gráfica.

Sin lugar a dudas, la interfaz gráfica es una herramienta muy potente para realizar muchas actividades de una forma muy sencilla (incluso si éstas son tareas administrativas). Sin embargo, es sabido que un servidor pasa gran parte de su vida ofreciendo servicios a través de la red y, probablemente, sin un usuario frente a su monitor. En estos momentos, la interfaz gráfica no es más que un montón de procesos que no sirven para nada y que están comiéndose los recursos del sistema. Además, el software de la interfaz gráfica complica de forma significativa la estructura del sistema operativo, por lo que también la hace más vulnerable a sufrir problemas de seguridad.

En cualquier caso, aquí nos decantaremos por instalar el sistema con interfaz gráfica y, después, deshabilitarla para que sólo se ejecute cuando la necesitemos. Más adelante, iremos instalando todos los servicios que conviertan al sistema en el servidor que vayamos a necesitar.

Antes de instalar el sistema.

Una de las primeras cosas que debemos tener claro antes de instalar un nuevo sistema operativo es dónde se va a ubicar dentro de nuestro sistema. En este sentido, tenemos dos opciones:

  • Que el nuevo sistema operativo vaya a convivir con otro, de forma que durante el arranque se pregunte con cuál de ellos se desea iniciar sesión.
  • Que el nuevo sistema operativo vaya a ser el único sistema instalado en el ordenador.

En nuestro contexto, vamos a instalar un sistema operativo en un equipo que va a actuar como servidor en la red. Por lo tanto, el sistema operativo que ofrezca los servicios estará funcionando de forma casi ininterrumpida y no tiene mucho sentido que exista otro sistema operativo instalado en dicho equipo.

Una vez tomada la decisión anterior, lo siguiente será establecer el número y tamaño de las particiones a utilizar y el sistema de archivos con el que estarán formateadas. En este sentido, conviene repasar algunos conceptos:

Qué son las particiones

Dicho a groso modo, las particiones son bloques en los que se divide una unidad física de almacenamiento, ya sea un disco duro, una memoria flash o un disco óptico.

Los discos ópticos utilizan un formato de partición especial denominado UDF, por sus siglas del inglés Universal Disc Format.

Por su parte, los discos duros y los sistemas de memoria flash disponen de tres clases distintas de particiones:

  • Según lo dicho aquí, podríamos pensar que el máximo de particiones en un dispositivo de almacenamiento podría llegar a 26 (3 primarias y 23 lógicas). Sin embargo, Linux sólo es capaz de manejar 15 en total.

    Particiones primarias: En una unidad de almacenamiento puede haber un máximo de cuatro. En cualquier caso, para que un sistema operativo pueda utilizar un determinado medio de almacenamiento, éste debe tener, como mínimo, una partición primaria.

  • Particiones extendidas: En una unidad de almacenamiento sólo puede haber una, aunque también puede no existir ninguna. Si existe, ocupa el espacio de una partición primaria, por lo que sólo podrían existir tres particiones primarias. Las particiones extendidas se inventaron para evitar la limitación existente con el número de particiones primarias. En realidad, una partición extendida no puede contener datos, sólo contendrá particiones lógicas.
  • Particiones lógicas: Se ubican siempre dentro de una partición extendida.En una partición extendida pueden definirse hasta 23 particiones lógicas.

Ni que decir tiene que, en una unidad de almacenamiento, puede existir espacio libre. Es decir, puede haber espacio que no esté asignado a ninguna partición.

También podría existir una partición extendida ocupando parte de una unidad de almacenamiento, pero que no tuviese definidas particiones lógicas. En este caso, el espacio no sería utilizable hasta que no se definieran particiones lógicas (que a su vez podrían dejar espacio libre dentro de la partición extendida).

En cuanto a la nomenclatura que emplea Linux para identificar las particiones, se siguen las siguientes pautas:

  1. El identificador de una unidad de almacenamiento IDE siempre comienza con las letras hd. Por su parte, con las unidades SATA o SCSI se utilizan las letras sd.
  2. A continuación, se utiliza una letra, en orden alfabético, para identificar las diferentes unidades del mismo tipo. Así, el primer disco SATA conectado al ordenador será sda, el segundo sdb y así sucesivamente.
  3. Finalmente, las particiones de la misma unidad quedarán identificadas con un número. Si el número está entre 1 y 4, representará una partición primaria. El número 5 representará la primera partición lógica, el 6 la segunda, etc.

Así, a modo de ejemplo, podríamos decir que sdc6 representa a la segunda partición lógica del tercer disco SATA conectado al sistema.

Veamos en la siguiente imagen tres posibles combinaciones a partir de lo dicho anteriormente:

Debemos observar que, en la segunda imagen, no existe sda4, que correspondería a la partición extendida (en amarillo más claro) y no es accesible.

En la tercera imagen, se aprecia que, a pesar de que sólo existe una partición primaria (sda1), la primera partición lógica siempre será sda5 (recuerda que los números 1 a 4 se reservan para particiones primarias)

Por último indicar que, desde el punto de vista de los sistemas operativos, éstos manejan las particiones primarias y lógicas como si fuesen unidades de almacenamiento independientes y, como tales, cada una dispondrá de su propio sistema de archivos.

En el caso de Linux, lo normal es que haya, al menos, dos particiones: una para el intercambio de memoria (llamada swap) y otra para el sistema, donde se monta el directorio raíz (/). Sin embargo, es común que exista alguna partición más. Por ejemplo, suele utilizarse una tercera partición para almacenar la información de los usuarios (que se monta en /home).

Como puede deducirse del párrafo anterior, a diferencia de Windows, donde existe una letra de unidad para cada partición montada, en Linux existe un árbol de directorios único y las diferentes particiones se montan en puntos determinados de dicho árbol.

Sistemas de archivos en Linux

En el capítulo 2 incluíamos esta tabla con las unidades de almacenamiento:

Un sistema de archivos establece el modo en el que se organiza la información dentro de una partición. Existe un gran número de sistemas de archivos distintos. entre ellos se encuentran los siguientes:

  • Sistemas de archivos Windows: FAT, FAT32 y NTFS
  • Sistemas de archivos Linux: ext2, ext3, ext4, ReiserFS, etc.

En las versiones actuales de Ubuntu, el sistema de archivos que se utiliza de forma mayoritaria es ext4, aunque durante el proceso de instalación del sistema veremos que podemos elegir entre varias opciones más.

A finales de 2008, el sistema de archivos ext4 fue etiquetado como estable y, a partir de ahí se incorporó a diferentes distribuciones de Linux.

Una de las principales características de ext4 es que sigue siendo transaccional, igual que su antecesor ext3, con el que mantiene la compatibilidad. Sin embargo, ahora soporta volúmenes que lleguen hasta 1 Exabyte, incluye mecanismos que reducen drásticamente la fragmentación y mejoran el rendimiento cuando trabaja con archivos de gran tamaño, amplía el número máximo de archivos hasta los 64000 (o incluso más, si se usa la opción dir_nlink), mejora la velocidad de lectura y escritura en disco y disminuye el consumo de tiempo de procesador, entre muchas otras características.

¿Qué es un sistema transaccional?

Esta técnica también se conoce como registro diario.

Como hemos dicho más arriba, una de las características más importantes de ext4 es que se trata de un sistema transaccional (en inglés, journaling). Este mecanismo consiste en que, cuando el sistema de archivos necesita realizar una operación de disco, se guardan en un registro los cambios que se harán en la estructura del directorio, los bloques de disco que se verán afectados y los cambios que se realizarán en los archivos implicados. De esta forma, se podrán deshacer los cambios que se hayan realizado si no termina de forma satisfactoria la operación completa. El resultado es que cuando se produce una avería, un cuelgue del sistema o un fallo de alimentación eléctrica, la integridad del sistema de archivos no se verá comprometida.

Toda la información relativa a la operación en curso se almacena en unos bloques particulares del disco, de forma que sigan estando disponibles cuando se reinicie el sistema después del fallo.

Como curiosidad, diremos que esta técnica comenzó a utilizarse en los sistemas gestores de bases de datos (SGBD) para garantizar la integridad referencial de sus diferentes tablas.

Instalar Ubuntu

Dado que nos disponemos a instalar un equipo que hará funciones de servidor en la red, en lugar de elegir la última versión de Ubuntu (que, en el momento de escribir esta documentación es la versión 13.04 Raring Ringtail), nos conviene decantarnos por una versión LTS (Long Term Support). El motivo es que nos asegura que podemos recibir soporte y actualizaciones durante cinco años.

Así pues, escogeremos Ubuntu 12.04.2 LTS (Precise Pangolin) en su versión Desktop, para poder disponer de las comodidades del escritorio gráfico. Después aprenderemos a instalar todos los servicios que necesitemos para convertirlo en un Servidor y a deshabilitar la ejecución de la interfaz gráfica de forma predeterminada.

Para comenzar, vamos hasta el área de descarga de la página oficial de Ubuntu (http://www.ubuntu.com/download/desktop), y elegimos la descarga más apropiada.

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En mi caso, me he decantado por la versión de 64 bits.

Al hacer clic sobre el enlace, vamos hasta una página donde Canonical nos pide, de una forma bastante creativa que contribuyamos económicamente. Para ello, sólo tenemos que hacer clic sobre el enlace Pay whith PayPal que aparece en la parte inferior de la página y seguir las indicaciones.

Si preferimos dejar nuestra contribución para otro momento, sólo tenemos que poner a cero los diferentes indicadores de la página. Automáticamente, el enlace se convierte en Download.

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Hacemos clic sobre él para continuar

Llegaremos a una página donde nos dan las gracias por la descarga y, en unos instantes, aparece una ventana para iniciarla.

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Para seguir, hacemos clic sobre el botón Aceptar.

Cuando se ha terminado de descargar el archivo ISO, podemos seguir de varias formas:

  • Grabar la imagen ISO en un CD o en un DVD.
  • Volcarlo sobre una memoria flash con ayuda de algún programa como UNetbootin.
  • Si vamos a instalar el sistema en una máquina virtual, podemos configurarla para que utilice directamente la imagen ISO como un CD virtual.

En cualquier caso, el paso siguiente será configurar el arranque del ordenador para que busque, en primer lugar, el dispositivo donde hemos guardado la imagen ISO. Esto se consigue, normalmente, ajustando los valores de la BIOS y depende de cada ordenador en particular.

A continuación, reiniciaremos el ordenador con el medio de almacenamiento donde tenemos grabada la imagen ISO, insertado en el sistema.

Pasados unos instantes, la pantalla mostrará un aspecto similar al siguiente:

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Haremos clic sobre el idioma Español y, a continuación, sobre el botón Instalar Ubuntu.

El botón Probar Ubuntu nos permite iniciar el sistema directamente desde la unidad de instalación. Así, podremos realizar un primer acercamiento al modo en que funciona sin necesidad de hacer cambios en el disco duro del equipo.

Esta característica recibe el nombre de Ubuntu Live y es muy útil, por ejemplo, cuando necesitamos recuperar datos de un ordenador cuyo sistema operativo no arranca.

Desde la sesión de trabajo de Ubuntu Live también podremos iniciar la instalación de Ubuntu, con la ventaja de que, durante el proceso, podremos seguir utilizando el ordenador (navegar por Internet, editar algún archivo, etc.)

En el siguiente paso, el instalador comprueba que el sistema cumple con dos características necesarias para que la instalación se realice de la forma más adecuada:

  • Que disponemos de 4,4 GB de espacio libre en el disco, como mínimo
  • Que tenemos una conexión a Internet activa en estos momentos. Esta característica no es imprescindible, pero si es muy conveniente para que se puedan descargar algunos componentes durante la instalación (por ejemplo, los paquetes de idiomas de algunas de las aplicaciones que se instalan de forma predeterminada).

Si la instalación se está realizando en un portátil, el asistente también comprueba si el equipo se encuentra conectado a la corriente eléctrica.

Además, en este paso podemos indicar que se descarguen las últimas actualizaciones del sistema durante la instalación. Esto hará que el proceso tarde un poco más, pero el resultado estará completamente actualizado.

Por otra parte, Ubuntu nos ofrece la oportunidad de elegir si queremos instalar software de otros fabricantes que nos facilitará algunas tareas (reproducir contenidos multimedia, configurar ciertos dispositivos inalámbricos, etc), pero que puede tener licencias que no son libres.

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Seleccionamos las opciones que nos parezcan adecuadas y hacemos clic sobre el botón Continuar.

A continuación, el asistente de instalación nos ofrece dos opciones:

  • Borrar el disco e instalar Ubuntu
  • Algo más.

En el primer caso, las particiones se realizarán de forma automática. Se eliminará toda la información que contenga el sistema y se crearán dos particiones: Una de intercambio, para la gestión de la memoria virtual, y otra, que se formateará con el sistema de archivos ext4, donde se montará el directorio raíz y que contendrá todo el sistema operativo.

En el segundo caso, podremos establecer el tipo, el número y el sistema de archivos de las particiones que se creen.

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En nuestro caso, hacemos clic sobre la opción Algo más y, a continuación, sobre el botón Continuar.

En el ejemplo que estamos desarrollando, partimos de un equipo que no dispone de ningún sistema instalado. Si no fuese así, la pantalla anterior nos habría ofrecido tres posibilidades:

  • Instalar Ubuntu junto al sistema actual.
  • Reemplazar el sistema actual con Ubuntu.
  • Algo más.

Como puede suponerse, la primera opción es la única nueva. Las otras dos se corresponden con las que encontramos en la imagen anterior.

Llegamos al momento donde tenemos que estar concentrados (aunque, ante la duda, siempre podremos utilizar el botón Revertir antes de continuar con la instalación; hasta ese momento, los cambios no serán efectivos).

En el ejemplo que nos ocupa, sólo disponemos de un disco y, además, está vacío. En realidad, esta es la situación más frecuente cuando instalamos el servidor sobre un equipo nuevo (a no ser que traiga preinstalado algún sistema propietario).

La primera operación será crear la tabla de particiones

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Hacemos clic sobre el dispositivo y, a continuación sobre el botón Nueva tabla de particiones

El asistente nos avisará de que se van a eliminar todas las particiones existentes. Hay que tener presente que, si finalmente continuamos con la instalación, lo que estamos haciendo ocasionará la pérdida de todos los datos.

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Si estamos seguros hacemos clic sobre el botón Continuar.

De vuelta en la ventana del asistente, comprobamos que ahora disponemos de espacio libre en la unidad (es decir, se ha creado la tabla de particiones y ya podemos comenzar a crear particiones nuevas).

En el supuesto que nos ocupa, crearemos la siguiente estructura:

  • Una partición de tipo swap que almacenará el área de intercambio que utilizará el sistema operativo para gestionar la memoria virtual. También se utiliza para guardar el contenido de la memoria RAM cuando hibernamos el equipo.
  • Aunque dispongamos de una partición independiente para los datos, siempre es recomendable hacer una copia de seguridad por si ocurriera algún imprevisto.

  • Una partición raíz (/) que va a contener todos los directorios y los archivos que conforman el sistema operativo y los distintos programas que instalemos.
  • Una partición home (/home) donde se guardarán todos los directorios y los archivos de cada uno de los usuarios

La ventaja de esta estructura es que podemos cambiar de distribución y no tenemos que preocuparnos de los datos de los usuarios, porque se encuentran en una partición diferente a la del sistema y no será necesario formatearla.

Así pues, ya podemos comenzar…

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Seleccionamos espacio libre y hacemos clic sobre el botón Añadir.

Existe gran controversia sobre la zona del disco donde debe ir cada partición para ofrecer el mejor rendimiento y no parece que haya acuerdo claro. Por lo tanto, aquí vamos a seguir un determinado orden, que consiste en crear primero la partición swap, después la partición que contendrá el directorio raíz y, por último, la partición que contendrá los datos de los usuarios.

Por lo tanto, en la primera partición elegimos los siguientes datos:

  • Tipo de la partición: Primaria.
  • Tamaño de la partición (en MB): También aquí existen diferentes opiniones sobre el tamaño más adecuado. Hay quien escribe que, cuando disponemos de poca memoria RAM, el tamaño del área de intercambio debe ser del doble de la memoria RAM y, cuando el tamaño de la memoria RAM es suficiente, el tamaño del área de intercambio debe ser igual que el de la memoria RAM. En mi caso, dispongo de 2 GB, lo que considero que es poco, luego establezco 4000 MB
  • Ubicación de la nueva partición: Al principio del espacio libre.
  • Utilizar como (se refiere al formato): indicaremos área de intercambio
  • Punto de montaje: Lo dejaremos vacío (de hecho, en este caso no nos deja darle un valor).

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Cuando hayamos terminado, hacemos clic sobre el botón Aceptar.

De vuelta en la ventana principal del asistente, volveremos a hacer clic sobre espacio libre y repetiremos los dos pasos anteriores para crear una nueva partición. Sin embargo, en este caso, los valores elegidos serán estos:

  • Tipo de la partición: Indicaremos el valor Lógica, aunque ya sabemos, por lo visto más arriba que, en realidad, se están creando a la vez dos particiones: una extendida y otra lógica en su interior.
  • Tamaño de la partición (en MB): Ya sabemos por el primer paso, que el sistema necesita, como mínimo 4,4 GB para instalarse. Sin embargo, la cantidad elegida estará en función del tamaño total de nuestro disco, debemos recordar que esta partición será donde se albergue el sistema operativo. Del espacio que dejemos libre aquí, dependerá la cantidad de programas que podamos instalar en el futuro.
  • Ubicación de la nueva partición: Al principio del espacio libre.
  • Utilizar como (se refiere al formato): indicaremos sistema de ficheros ext4 transaccional.
  • Punto de montaje: Indicaremos que, en esta partición, irá montado el directorio raíz del sistema (lo que se representa con una barra inclinada, /)

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Finalmente, cuando estemos listos hacemos clic sobre el botón Aceptar.

Por último, cuando volvamos a la ventana principal del asistente, seleccionaremos de nuevo la línea espacio libre y volveremos a hacer clic sobre el botón Añadir.

Ahora, los valores que elegiremos para la tercera partición serán estos:

  • Tipo de la partición: Volveremos a indicar el valor Lógica, con lo que le añadiremos una segunda partición lógica a la partición extendida que hemos creado más arriba.
  • Tamaño de la partición (en MB): Como hemos dicho al principio, esta partición estará destinada a los datos de los usuarios. Lógicamente, cuanto mayores hayan sido las particiones anteriores, menos espacio tendremos para los archivos de cada usuario. El objetivo, a la hora de elegir el tamaño de cada partición, está en encontrar el equilibrio correcto (sobre todo, en el caso de las dos últimas).
  • Ubicación de la nueva partición: Al principio del espacio libre.
  • Utilizar como (se refiere al formato): indicaremos sistema de ficheros ext4 transaccional.
  • Punto de montaje: Indicaremos que, en esta partición, irá montado el directorio para los usuarios (lo que se representa como /home).

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De nuevo, cuando estemos listos hacemos clic sobre el botón Aceptar.

En la imagen siguiente se puede ver el estado de la tabla de particiones en este momento. Es importante revisarlo y asegurarse de que todo es correcto. Si no es así, puedes usar los botones Eliminar, Cambiar y Añadir, tantas veces como sea necesario, hasta que el resultado sea el deseado.

En este ejemplo, como estamos partiendo de un sistema completamente nuevo, las particiones se formatearán de forma obligatoria. Sin embargo, cuando estemos reinstalando el sistema sobre una instalación previa, podremos desmarcar cualquier partición para que no se formatee (normalmente, la partición /home). De esta forma, no perderemos los datos que contenga.

Sí será obligatorio formatear la partición raíz (/).

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Cuando estemos listo, haremos clic sobre el botón Instalar ahora.

El siguiente paso consiste en establecer la zona horaria. Normalmente aparecerá un valor preestablecido que suele ser correcto. Sin embargo, podemos modificarla, si fuese necesario, haciendo clic en el mapa sobre la ubicación más próxima a nuestro lugar de residencia.

Mientras tanto, puedes observar que el proceso de instalación ya ha comenzado (fíjate en la barra de progreso de la parte inferior de la ventana). Así, se ahorra tiempo mientras nosotros terminamos de escribir los últimos datos.

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Cuando la zona horaria sea correcta, hacemos clic sobre el botón Continuar.

Después, indicaremos la distribución de nuestro teclado. Como antes, lo más probable es que la selección inicial sea correcta.

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Volvemos a hacer clic sobre el botón Continuar.

A continuación, le toca el turno a los datos identificativos, tanto para el equipo como para la primera cuenta de usuario, que se creará al final del proceso de instalación. Los datos que debemos facilitar son estos:

  • Su nombre: Puede ser el nombre real del usuario y puede estar formado por letras mayúsculas, minúsculas y espacios en blanco.
  • El nombre de su equipo: Será el nombre con el que queramos que se identifique al ordenador en la red local.
  • Introduzca un nombre de usuario: Debemos escribir el identificador para la primera cuenta de usuario que se creará en el sistema.
  • Introduzca una contraseña: La contraseña que dará acceso a la cuenta anterior. El asistente nos va indicando la robustez de la contraseña a medida que la escribimos.
  • Confirme su contraseña: Volveremos a escribir la contraseña anterior para asegurarnos de que no hemos cometido errores tipográficos (lo que ocasionaría que no pudiéramos entrar en el sistema recién instalado).
  • Iniciar sesión automáticamente: Si lo marcáramos conseguiríamos que el sistema iniciara sesión de forma automática con la cuenta anterior, sin solicitar la contraseña. Ni que decir tiene que sólo debemos utilizar esta opción en entornos completamente confiables.
  • Solicitar mi contraseña para iniciar sesión: Ésta es la opción más habitual.
  • Cifrar mi carpeta personal: Si la marcamos, conseguiremos que los datos de nuestra carpeta personal (en este caso, /home/usuario) se almacenen cifrados. De este modo, no podrá acceder a nuestra información ningún otro usuario del sistema. Ni siquiera alguien que inicie el ordenador con un Live CD.

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Cuando estemos listos, hacemos clic sobre el botón Continuar.

A partir de aquí, veremos cómo la barra de progreso de la parte inferior de la ventana avanza. Mientras, en la parte superior, van apareciendo mensajes promocionales de Ubuntu a modo de pase de diapositivas (podemos utilizar las flechas de los laterales de la ventana para avanzar o retroceder entre los diferentes mensajes).

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Sólo nos queda esperar a que el proceso finalice.

Cuando transcurra el tiempo necesario, que dependerá de la velocidad de nuestro sistema y del dispositivo de almacenamiento que estemos utilizando para la instalación, aparecerá una ventana como la que vemos más abajo.

Sólo nos queda reiniciar el ordenador para probar nuestro nuevo sistema.

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Hacemos clic sobre el botón Reiniciar ahora.

Se apaga el sistema y, antes de volver a iniciarlo, se nos muestra un mensaje que nos informa de que antes de continuar debemos retirar el dispositivo desde el que hayamos instalado.

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Lo retiramos y pulsamos la tecla Intro.


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