Finalizar programas que no responden en Windows 11
En ocasiones, alguno de los programas que estamos ejecutando en Windows 11 deja de funcionar y no tenemos forma de cerrarlo. Hay una solución sencilla: reiniciar el sistema.
No obstante, esto nos obliga a guardar los archivos con los que estemos trabajando en el resto de aplicaciones, esperar a que el sistema se apague y vuelva a arrancar, y, por último, volver a ejecutar las aplicaciones y abrir los archivos. Estarás de acuerdo conmigo en que es un verdadero engorro.
Afortunadamente, para resolver este tipo de situaciones, disponemos del Administrador de tareas, una herramienta que, como ya hemos visto en otro artículo, también nos permitirá examinar datos de rendimiento del sistema e identificar posibles cuellos de botella.
Si no responde ningún programa, puede que no te quede más remedio que reiniciar el sistema, incluso apagándolo de forma abrupta.
Recuerda que, para iniciar el Administrador de tareas, sólo tenemos que hacer clic, con el botón derecho del ratón, sobre el botón Inicio de la Barra de tareas, en la parte inferior de la pantalla.
En algunas ocasiones, el programa que está funcionando mal hace que todo el sistema responda muy lentamente, por lo que deberás tener un poco de paciencia.
Administrador de tareas en modo simplificado
Si es la primera vez que ejecutas el Administrador de tareas, cuando se muestre en pantalla obtendremos una ventana como la que vemos en la siguiente imagen (en próximas ocasiones, el modo en que se muestre dependerá del uso anterior).
En la ventana, podemos comprobar las aplicaciones que tenemos en funcionamiento en estos momentos (también aparecen sus iconos en la barra de tareas).
Imagina por un momento que el programa que no te está funcionando es la Calculadora. Para cerrarlo, sólo tendrías que hacer clic sobre su nombre.
Al hacerlo, comprobarás que su nombre desaparece de la lista.
Administrador de tareas en modo avanzado
En ocasiones, puede que no sepas qué programa es el que está causando los problemas. O puede que no se trate de uno de los programas que estás ejecutando de forma explícita, sino alguno de los servicios del sistema operativo. En estos casos, puede ser muy útil recurrir al modo de visualización avanzada del Administrador de tareas.
Como es lógico, para volver al modo simplificado, sólo tendremos que hacer clic sobre Menos detalles en la parte inferior de la ventana en modo avanzado.
Como puedes ver en la imagen siguiente, ahora la ventana contiene mucha más información, aunque a nosotros, para este artículo sólo nos interesa la solapa Procesos.
Ahora, además de todos los programas y servicios que se están ejecutando, podemos ver el uso que están haciendo del procesador, de la memoria, del disco y de la red. Además, en la cabecera de cada columna, también podemos ver el porcentaje de uso global que se está haciendo de cada uno de los recursos.
Si comprobamos que un programa o servicio está haciendo un uso excesivo de alguno de los recursos, podemos proceder a cerrarlo. Sin embargo, debemos ser prudentes porque existen servicios que al cerrarlos pueden ocasionar un mal funcionamiento del sistema.
Como antes, para cerrar el programa, comenzaremos por seleccionarlo (hacer clic sobre él).
Una última cuestión que debemos tener en cuenta es que el Administrador de tareas trata de cerrar el programa de una forma ordenada, para tratar de evitar que se pierdan datos. Esto hace que el cierre pueda no ser inmediato. Incluso puede mostrarse un aviso indicándonos que, si seguimos adelante, puede perderse información.
En ocasiones, también sucede que los programas (y sobre todo los servicios), están diseñados para reiniciarse automáticamente, por lo que puede volver a estar activo unos instantes después de cerrarlo.
Y esto es todo por hoy. Espero que te resulte útil.